-Crónica 1: Ángeles Caídos-
Capitulo 1:
~La Alquimista, el caballero y el asesino.~
Amanecía en las tierras de Midgard, el sol iluminaba las baldosas terrosas de la ciudad de Rachel y dentro del hotel de la ciudad comenzaba el movimiento. En uno de los pisos privados del hotel la calma reina, una chica de cabellos negros yace aun dormida en la cama con sabanas ligeras, se remueve buscando calma aun cuando se ve que padece de turbios sueños.
*-Corre Death... Corre Death...-... Son susurros que escucha en la densa y fría oscuridad que la rodea, entre los fantasmas de gritos y el choque de las armas, estruendosos alaridos de los poderes de aquellos que combaten; una mano la guía, al tacto recubierta por un guante, les siguen unos pasos casi imperceptibles. -Corre Death...-, siguen los susurros. -Las sombras nos alcanzan...- otra voz susurra ahora. Un torrente rojo cae sobre ellos, los gritos de terror son ahogados por la mano con el guante mientras el retumbar bajo sus pies no se hace esperar, -... nos han dado alcance- ahora la voz deja de ser susurros, una decena de ojos se iluminan, de un rojo fulguroso...*
La chica despierta, respirando agitadamente y de golpe, haciendo volar a su compañero que se encontraba dormitando en el filo de la cama, un pequeño filir azul. Este, preocupado por su creadora, le dirige una mirada llena de curiosidad. Ella trata de calmarse, aunque esos sueños han sido recurrentes toda su vida no se acostumbra a ellos. Se lleva las manos a su cara para tratar de tranquilizarse, -... Estoy bien Blueberry...-, le dice a su compañero, sin lograr que este le quite la vista de encima.
Tocan la puerta, -Death, puedo pasar?-, la voz de su compañero de clan, Holy Bardo, es queda para no importunarla. -Pasa Bardo... pasa...-, dice ella mientras se viste una bata. El pasa con una taza de café, colocándola en la mesa de noche. La habitación es muy sencilla, con alfombras y una sola cama con cortinas, la mesa de noche y aun costado de la cama, el carro que la chica siempre lleva a todos lados, lleno de diversas cosas.
-Estas Bien?, Sweet Death, estas mas pálida de lo normal...- Dice Holy Bardo con un dejo de preocupación en el rostro.
-... No es nada, solo un mal sueño-, ella se acerca a la mesa tomando la taza y dedicándole una sonrisa a su amigo.
-Últimamente se te aceleran muchos esos sueño, deberías...- Death le interrumpe al termino de un trago de café.
-Bardo... siempre están ahí, no te preocupes, dice mi padre que es lo normal, hay mas personas que lo tienen desde que Satan Morroc...- El pronunciar el nombre les produce una mueca incomoda a ambos.
-Ya pues! Niña vístete ya, que vamos a visitar tiendas a Prontera, Dark Evil nos espera en la central del Airship, se fue comprar los pasajes-, dice Bardo mientras se encamina a la puerta.
-Bardo... Gracias por el café...- dice esto mientras le dedica una sonrisa. Bardo corresponde a la misma y sale.
Holy Bardo se encontraba sentado al borde la fuente en el centro de la ciudad, acariciaba el pico de su fiel Peco Peco, Death se encuentra con el y este se levanta concediéndole una mira de alegría. Mientras Death ordena a Blueberry que se mantenga en reposo en el carro de madera, un pequeño carro adornado con un oso en la parte posterior, de dos ruedas, que esta fijado en el cinturón de la chica, Bardo acomoda la montura de corcel emplumado. Ambos se encaminan a la salida este de la ciudad, para tomar la ruta y llegar a la estación del Airship.
Al llegar a las escalinatas de la central, los espera un tipo enfundado en un traje de asesino, en colores negros, con unos lentes de sol y unos cuernos como adorno en su cabeza, todo haciendo juego con la mascara que solo los asesinos usan; al verles llegar sale de su postura desenfadada y se dirige hacia ellos, baja su mascara y saludo a ambos con una sonrisa seria, seña que al parecer siempre lo caracteriza.
-Bien, Death toma, Bardo tu pase.- Su voz grave y seria es siempre fría, lo contrario de la jovialidad de la que siempre hace gala el Caballero Holy Bardo, Dark Evil entrega sus pasajes a sus compañeros.
-Gracias Dark. Entonces, llegamos a Izlude y...- Death es interrumpida por Bardo.
-Anda!!! Que si perdemos este vuelo a esperar medio día!- Bardo la apresura halándola por la mano, con la otra arrea a su Peco Peco. Dark les sigue, entrando todos en la central y abordando la nave.
Mientras surcan el cielo, Death se posiciona recargada en el borde de la nave, recargando sus brazos y mirando pasar la nubes, Bardo se encuentra abajo, donde acompaña a su Peco peco, pues no puede estar en cubierta. Dark se acerca sigiloso a Death, hasta posarse a un lado de ella.
-Y bien, que piensas?- Dice el, sobresaltando a su compañera.
-Ay... Dark, deja de hacer esas cosas!... Y que pienso sobre que?- dedicándole una mirada incomoda por el sobresalto, se desliza hasta quedar sentada en el piso.-Dices... sobre... Morroc?-. Desvía la mirada al cielo, donde sigue una nube.
-No. Sobre ir a visitar a tu padre. O no piensas contarle que ya vas a renacer?- Sigue los pasos de su compañera, tomando asiento a un lado de ella.
-Ah... Bueno, si... supongo. El debe enterarse...- Baja la mirada y la posa sobre el carro, estira una de sus manos y juguetea con algunas cosas que lleva en el carro.
-Por que no te gusta ir a tu casa? Por lo menos alguien te espera.- Mira de soslayo lo que ella remueve en el carro.
-No... No es que no me guste, pero, tu y bardo saben que mi relación con mi madre...- Es interrumpida por el brillo que destila el emblema que ella y Dark llevan en sus uniformes, ella, por ser una Alquimista, lleva el emblema en el cinturón, por lo cual se para inmediatamente. Presiona el centro del emblema, el cual es un escudo. -Ay Bardo!!! Que pasa?-.Enseguida una voz se escucha a través del emblema.
-que todavía no llegamos!!??? Por lo menos bajen a hacerme compañía... Quien sabe que estarán haciendo...- Dice esto ultimo con un tono inquisidor.
-Bardo, por respeto a Death, no digas esas cosas, no haré nada que ella no quiera.- Argumenta Dark al presionar el escudo, siendo al final su voz un poco juguetona y esbozando una sonrisa.
Su charla es interrumpida por el anuncio de los altavoces, ya han llegado al puerto de Izlude.
Al bajar de la nave, salen casi de inmediato a la ciudad, hay poca gente, pero más que nada algunos viajeros, ya que la ciudad cuenta con puerto marítimo y el puerto de la aeronave. Los chicos toman camino hacia el centro de la ciudad, llegando con una adorable chica de vestido café, delantal y cofia.
-Bienvenidos a la ciudad de Izlude, soy la empleada del emporio Kafra en esta ciudad, puedo ayudarles en algo?- Declama la chica con una adorable sonrisa en el rostro.
Los chicos aprovechan sus servicios, se hacen de algunas cosas y toman rumbo a la salida oeste de la ciudad. Al salir, se encuentran en un prado lleno de pequeños monstruos gelatinosos de colores vistosos, estos son llamados porings, otros pequeños conejos, llamados Lunatic. En el camino, pasando entre árboles y pequeños monstruos inofensivos, logran ver la muralla que atesora la ciudad capital Prontera.
Al llegar ante la puerta de la entrada sur de la ciudad un guardia les da la bienvenida. Al entrar se puede observar las grandes casas y locales comerciales que hay por todos lados. Muchas personas andando por las calles, diferentes empleadas el emporio Kafra, mucho bullicio y actividad por toda la ciudad.
-Bueno, vamos al centro, es donde están la mayoría de los comerciantes...- Anima Death a sus compañeros.
-Ok! Yo tengo que buscar a un buen forjador, necesito espadas con elemento.- Dice Bardo mientras se baja del Peco Peco.
-Yo solo quiero ver si hay algo interesante entre los mercaderes.- Afirma Dark mientras caminan al centro de la ciudad
Al tomar la calle principal se dan cuenta de la enorme cantidad de gente que se encuentra en la ciudad, todos toman ahora caminos separados; Death y Dark se mantienen cerca mientras miran las cosas que llevan los diversos mercaderes, alquimistas y forjadores en sus carros. Bardo se encamina a la central de forjadores de la ciudad.
Después de diversas compras Death toma su emblema y se comunica con sus compañeros de Clan.
-Am... Chicos me quedo vendiendo, nos vemos en un rato.- Avisa, mientras busca un lugar en las aceras del centro de la ciudad.
-Esta bien, yo estaré vendiendo algunas cosas en la tienda.- Responde enseguida Dark Evil.
-Waah! Ya me hacen mis espadas, suerte hablamos en un rato mas!.- Dice Bardo algo apresurado y con un tremendo ruido al fondo.
Al entrar el atardecer, se reúnen de nueva cuenta los chicos del clan, ahora un poco cansados de la bulliciosa ciudad. Sin embargo, antes de que crucen palabra alguna se lanza una alarma sobre una invasión de monstruos fuera de la ciudad. Se calientan los ánimos y muchos de las personas que se encuentran de la ciudad salen al encuentro de los monstruos, y poder erradicarlos de los alrededores.
-Mmm... A menos que quieran salir a matar cosas, creo que será mejor que nos quedemos en la ciudad.- Dark argumenta, mientras mira pasar a Paladines, Sabios, Hechiceros y Caballeros a toda prisa por las calles.
-Apoyo la moción... además estoy cansada, no quiero matar nada...- Complementa Death mientras acomoda sus cosas en el carro.
-Ah... Yo si queria ir. Pero si ustedes no quieren...- Dice Bardo con una cara de decepción.
Es así como el trío camina dirigiéndose al hotel del este de la ciudad. Al llegar miran a muchos viajeros como ellos, que salen y entran al hotel, al entrar miran a diferentes Sacerdotisas curando y dando habilidades a sus compañeros. El cupo del hotel esta casi a tope, quedan pocas habitaciones y solo les queda rentar una para los tres. Al pasar a la habitación el grupo compara las cosas que han obtenido y cenan con una charla poco cómoda para uno de ellos.
-Sabes Death, deberíamos ir a Lighthalzen, así renaces de una vez, y no nos retrasamos mas.- Comenta Bardo, dando después un gran mordisco a su comida.
-Am... Bueno, si ustedes quieren renacer ya... pues, esta bien.- Agrega Death mientras, da un largo trago a su bebida.
-Go egs ge cte pegsionegmos...- Dice Bardo con la boca aun llena, Death lo mira con desagrado.
-Lo que dice Bardo es que, no es que te presionemos, pero tienes que hacerlo tarde o temprano.- Agrega Dark mientras toma una ración de comida.
-Esta bien, vamos cuando quieran... Y no tengo hambre, me voy a la ducha...- Se levanta Death y toma sus cosas del carro y despierta a su filir, dejando el artefacto a un costado de un mueble de la habitación.
Bardo y Dark se dirigen una mirada algo preocupada, siguen comiendo hasta que escuchan la ducha.
-Gabegs...- Bardo pasa su bocado de comida, -... Creo que no nos quiere llevar, ya sabes, su familia es acomodada...-, se inclina para tomar un poco mas de comida, Dark le mira y mira de soslayo a la puerta del baño.
-No, Bardo... Creo que algo o alguien no la quiere ahí, su padre... Bueno de el lo dudo, si no ella no tendría todo lo que tiene.- Bardo lo mira convencido de lo que dice, es lo mas razonable para ellos. La platica queda paralizada por la cena que ellos aun llevan a cabo.
Al salir Death de la ducha, ellos ya han terminado sus alimentos, y el filir de ella se posa en a cabecera de la cama. Ella toma por hecho que será suya esta noche, ya que Blueberry no deja que nadie se acerque a sus cosas. Ellos lo toman como un hecho y buscan acomodarse. Se escucha entonces una tenue lluvia que comienza a caer en la ciudad. Las luces se apagan y solo se escuchan "Buenas noches" de parte de cada uno.
El día toma forma, la calma se hace notar en el ambiente, mientras los mercaderes toman sus filas en las aceras del centro de la ciudad. Dentro del hotel, en el mismo centro, se hace notar la llegada de la mañana con el bullicio dentro del mismo.
En la habitación del trío, un batir de alas produce el despertar del Bardo y Dark, el primero da una mirada rápida a la habitación, dándose cuenta que su compañera no esta. Dark se levanta algo alertado, ella jamás dejaría a Blueberry. Buscándola, ambos, apresurados, miran como las cortinas de la terraza se estremecen bajo la suave brisa de la mañana y, a través de ellas, la silueta de su compañera, sentada en el piso mirando al cielo.
Bardo se acerca despacio, y tocando su hombro la hace volver de su ensimismamiento. Ambos chicos sabían lo que pasaba cuando se ponía así. De acuerdo a lo que siempre hacían, en silencio tomaron sus cosas y salieron del hotel, rumbo a la ciudad de Izlude.
Mientras esperaban el arribo del Airship, Bardo miraba sus nuevas espadas, mientras Death aun perdía la mirada en un horizonte lejano y Dark le dedicaba una propia. Llego el transporte, el viaje hasta Lighthalzen fue tranquilo, pero al llegar, notaban que alguien les miraba. Bardo comenzó, entonces, con su algarabía. Haciéndoles reír a ambos, mientras pasaban por aquellos ojos inquisidores.
El grupo se alejo de la terminal, dejando que Death avanzara un poco mas de ellos, Dark se acercó a Bardo.
- Eso no me gusto nada… Parecía que ya nos esperaban.- Mientras tiraba una mirada atrás de soslayo.
- Si. Además… ya son renacidos los dos. Mejor nos andamos con cuidado.- Finalizó Bardo, fijando su mirada, un tanto preocupado, al frente.
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