Crónica 2.4
- Regreso a Morroc, un Bardo y cinco Doncellas.-
El resto de la tarde, transcurrió haciendo tramites para sacar al buen bardo de la prisión. Donde, lo más que lograron fue un permiso condicional, saldría solo con la escolta de la caballería del lugar, del cual no podría separarse, para garantizar su regreso después de la encomienda de Lady Death.
Paradójicamente, resulto relativamente sencillo, habrá sido por que Lady Death propuso una terapia de rehabilitación para criminales con delitos no muy graves, ó por la intervención y el voto de confianza del paladín Damc. Como allá sido, el grupo de aventura se formo por:
Lady Death: High Priest, decidida a encontrar las respuestas a preguntas que ni ella misma se había formulado.
Anama: Sniper, que no se perdería la oportunidad de salir de las murallas de Prontera, ella amaba la vida en las llanuras y los campos abiertos, hasta donde se perdiera la vista.
Llau: High Wizard, amiga de Lady Death e interesada por el conocimiento y las tendencias del pensamiento, además de estar intrigada por ese bardo tan hábil con las palabras.
Tilo Wolf: Bardo, mentiroso, bromista y principal guía en esta aventura que nadie termina por comprender.
Dies Irae: Knight, elegida por la unión de guardianes de Prontera con la encomienda de garantizar el regreso de Tilo a la prisión al terminar la encomienda de Lady Death y, si muestra una buena conducta, hablar en su favor para reducir la sentencia.
Enid Volsug: Knight, esta joven militar a mostrado talento en las armas y capacidad de decisión bajo presión, además de un temperamento excepcional, elegida como apoyo a Dies Irae para el control de el bardo y, en palabras de Hyral “Para que ella descubra que en el mundo hay mas que solo pleitos de mercado”.
Tilo Wolf, encerrado en la fría celda, veía a lo lejos como se abría la puerta de guardias y atravesaban por ella una verdadera pasarela de hermosas jóvenes, no podía comprender su enorme suerte, no solo saldría de prisión, sino que estaría atado a ellas por las leyes de Prontera, la primera que cruzó el umbral fue Gabriel De Alentine, una paladineza, jefa de las fuerzas armadas de Prontera, una rubia escultural que ni la armadura que llevaba la hacia lucir menos bella; le seguía Lady Death, una High Priest de cabello largísimo, negro como la más oscura noche, haciendo contraste con una piel casi tan blanca como las nieves de Lutie, con un porte y una serenidad que la hacían ver casi como una muñeca de porcelana, en seguida apareció Llau, la High Wizard, que aun que de unos cuantos años mas que Lady Death, lucía una belleza sofisticada, esa belleza que solo las intelectuales portan. Anama entro enseguida, una chiquilla realmente, no paresia pasar de los 18 años, mostraba una belleza juvenil rozagante de inocencia y virtud.
Al terminar tal desfile, vio entrar a dos jóvenes más, una con hermosos ojos azules, pero no un azul común, un azul pálido, casi como el hielo de las mas profundas cavernas de Ice dungeon, esos ojos lo dejaron perplejo, acompañada de otra joven de ojos cafés, un par de años mayor que su compañera que entraba a la par, pero no por ello menos hermosa.
Tilo, recargado en los barrotes piensa “… ¿entonces, esta es mi condena?”, sonríe de buena gana pensando “Esta si será una grandiosa aventura...”, la sonrisa va mutando, convirtiéndose en una sonora carcajada, la cual solo se detiene cuando una Gabriel da un par de tosidas para llamar su atención. Tilo calla y da un vistazo, para darse cuenta como aquel hermoso ramo de doncellas lo miran desconcertadas.
Después de las mutuas presentaciones, Tilo comienza su trabajo. En el cual, la única pista es una loseta con inscripciones in entendibles.
Tilo la analiza y hace una diagnostico. “Al parecer, nuestra aventura comenzará en las arenas de Morroc, señoritas, el desierto es abrasador, así que les recomendaría que usaran ropas ligeras.”
Mientras, su mente jugaba con la imagen en la cual se figuraba viendo a cada una de ellas en finas telas de Morroc, una visión paradisíaca; sin poder evitarlo, su mente volaba en fantasías dionisiacas.
En ese momento, Lady Death dirigió su mirada a las demás chicas, metió una mano en su bolsillo y saco una pequeña gema de color azul, la mostró a las demás y sin mas, ellas emprendieron la idea, Lady Death tejió uno de sus conjuros de nombre Warp Portal; apareció, entonces, un as de luz con el centro luminosamente en tonos azules, en el cual cada una de ellas fue entrando, al final solo quedaban Enid, Lady Death y Tilo.
Enid miro al hilarante bardo, “¿esperamos a que termine de reírse?”.
Lady Death le dirigió una mirada con una sonrisa entrecortada, “… al paso que va, terminara primero mi conjuro.”
Enid marco una sonrisa picara y sin mas, le dio una patada al bardo, el cual fue a parar en el warp seguido por Enid y Lady Death.
Al ver su plan echado a perder, Tilo les propuso ir a una taberna para poder contarles lo que el sabía de la loseta que Lady Death le había mostrado hacia unos momentos, Anama que, en anteriores ocasiones, había estado en estas tierras comenzó a caminar, esto le dio a Tilo un leve presentimiento, “¿será ella?”. Ella conoce el pueblo de Morroc; no, era demasiado joven para ser ella. Bueno, no importaba, no estaría de más echarle un vistazo a su espalda.
Tilo les seguía el paso, pero agrego “…hemm, disculpen chicas es por acá.”
Llau, aunque siguió caminando le dirigió unas palabras, “¿no que tan buen guía?, el Bar de Morroc esta por acá”.
El bardo se detuvo y señalo, “sí, el BAR esta allá, pero dije una Taberna, una VERDADERA taberna, no esa tienda de aguas frescas”.
Tilo pensó entonces “…Llau es más adecuada, corresponde con la edad y también conoce Morroc”.
Mientras Tilo guiaba el grupo de chicas y ahondaba en sus divagaciones, Lady Death miraba en todas direcciones, aun sin poder comprender como consiguió el valor para regresar a Morroc. Pero, mientras se mantuviese fuera de problemas, nada malo podría pasar.
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