>

septiembre 27, 2007

Cronicas Torres de los Colmillos - La Taberna - By Kris Haro

Crónica 2.5

- La Taberna -

“Bien, bardo, habla...”. Dijo Llau, mientras este daba un trago a la cerveza que ella le ofrecía; tomo un minuto para poner en orden sus ideas, y comenzó su relato.

“Hasta donde se, hace varios años, un grupo de aventureros recibió la encomienda de detener la resurrección de un poderoso demonio; para ello debían de dar muerte a un sacerdote corrupto. Los detalles exactos son un misterio, incluso para mi, pero se que el fin de esta batalla se encontró con la destrucción de Geffenia. Uno de los descendientes de los guerreros que participaron es un hombre llamado Chillias, vive aquí en Morroc. Durante años a estado interesado en conseguir estas losetas y a contratado infinidad de personas para que las busquen, si lo desean las llevaré con el“.

Lady Death fijo su mirada en el locutor “¿Cuantas losetas son?”.

Sin titubear tilo contestó “son cuatro lozas”.

Llau, en un claro sarcasmo, preguntó con una sonrisa picara “¿y donde están las otras tres?”.

Tilo, de manera desenfadada agrego “Una esta en propiedad de Lady Death, la otra esta cerca de aquí, en un monasterio subterráneo, una mas esta en Comodo en manos de un mercenario y la ultima esta escondida en mi ropa interior”.

Se hizo un silencio profundo, al menos hasta que Dies Irae no pudo soportar mas la risa “¡Ja, ja, ja! por un momento pensé que decías la verdad”.

Todas las chicas soltaron, si no una risa sonora, si una ligera sonrisa, todas menos Lady Death, la cual tuvo que hacer un esfuerzo para no mostrar su horror, según ella, nadie conocía el secreto de un monasterio subterráneo en Morroc. Mientras tanto, por el umbral cruzaba un enorme hombre, el cual pasó desapercibido para el grupo, con la excepción de Dies Irae, ya muy experimentada en la batalla, lo siguió discretamente con la mirada. Era un tipo enorme, por debajo de la mesa le dio una palmadita a Enid para que se pusiera alerta, a escasos pasos del grupo el gigante saludo. “Señoritas, buenas tardes... ¿puedo sentarme?”.

Llau no busco mirarle y solo agregó “lamento negar esa petición, estamos discutiendo asuntos importantes... tal ves en otra ocasión”.

El hombre miro sin inmutarse a todas las presentes “… es por ello, no me parece lo mas adecuado que estén en este nido de asesinos y espías”.

Las chicas dudaron por un momento, entonces el Monk se presento “Bueno, es difícil confiar en aquellos de los que no se sabe ni siquiera el nombre... mi nombre es Vhan Julius, y para mostrar mi buena voluntad...”

De entre sus ropas sacó una pequeña loseta de color verde esmeralda y la coloco sobre la mesa, Dies Irae dando un ligero vistazo a sus alrededores noto varias miradas que se posaban en esa extraña pieza y discretamente asintió para que Lady Death aceptara la propuesta, cualquier lado seria mejor que este.

Cuando se pararon con intención de abandonar el lugar, Llau notó que la más joven de las reclutas estaba cerca de la barra exigiendo la ronda que jamás llego y, por la actitud, esto no pintaba nada bien.

Enid, molesta reclamaba “Por que te tardas tanto. ¡Te pedimos cerveza, no piña colada de Payon!”.

El Tabernero no le prestaba mucha atención e indiferente le contestó “Tranquilízate niña, esto no es Prontera”.

Todas contemplaban la escena preparándose el caso que Enid necesitara apoyo, Dies Irae reaccionó como un rayo, soltó un fuerte manotazo a la mesa que tenían en medio, en el lugar donde hacia unos instantes estaba la loseta, dando blanco en la mano de un hombre que se había acercado lo suficiente como para tratar de tomarla; por unos segundos, la cara de el asaltante se torno en una sorpresa total, Dies Irae vio a los ojos a ese pícaro y soltó una risilla maliciosa al ver su total desconcierto, sin embargo, el asaltante al verse atrapado saca una damaska y sin mas suelta un tajo directo a la garganta de la Knight, Dies Irae ya esperaba esa reacción, así que de un rápido movimiento lleva su mano a la katana en su cintura, pero aun mas rápido que sus acciones Vhan Julius da una poderosa patada a la mesa la cual termina estrellada contra la pared, dejando al Rogue inconciente, Llau, con elegancia y total despreocupación, camina un par de pasos y toma la loseta de entre las tablas de la mesa destrozada.

Dies Irae da un rápido diagnostico al Pícaro, probablemente el golpe contra la pared lo dejo noqueado, el impacto con la mesa le dio de lleno en el pecho así que debe tener por lo menos un par de costillas rotas, pero tiene un tobillo dislocado, eso no fue a causa de la mesa, solo una patada directa por debajo de la mesa lo hubiese logrado, pero no cualquier patada, una bien colocada con toda la intención de lograr ese efecto en el tobillo. Repasó la escena en su mente tratando de ubicar a cada participante de los hechos, la posición de la mesa. El lugar de cada miembro. La ubicación del Rogue... todo marcaba solo a una persona, Tilo Wolf, era ridículo, ese Bardo solo es bueno para engatusar mujeres. Regresando a la realidad, los ánimos se ponían cada vez peores, ahora eran varias personas las que se levantaban de sus mesas en claro gesto de problemas, Enid de un movimiento desenfunda su katana lista para darle un poderoso golpe al más cercano agresor. En este caso el Barman, pero alguien más rápido la sorprende. El tiempo se paraliza en la mente de Enid, una extraña sensación, mira por sobre su hombro y se topa con un par de ojos de un negro profundo, tan negros como la mas profunda de las noches, tan misteriosos como el mas oscuro secreto, estaba a su merced, solo entonces se dio cuenta que se encontraba indefensa, atrapada, la mano derecha de ese intruso sujetaba su mano derecha en lo alto, asegurando una posición incomoda para blandir la katana, mientras la mano izquierda entrelazaba sus dedos y los aprisionaba contra su vientre, el invasor en una posición desde sus espaldas, asemejaba como si estuvieran bailando, mas no se sentía en peligro de muerte, ya que conocía al atacante, definitivamente, si se sentía en peligro, pero un peligro diferente... sus rostros tan cerca, su cuerpo tan pegado al de ella, sus ojos tan cerca que podía ver su propio rostro en ellos como si de un espejo se tratará; el terror en ella aumento aun mas cuando sintió que sus labios se acercaban aun mas a los de ella, eran escasos centímetros los que los separaban pero los vio en cámara lenta sin poder moverse, por su mente cruzó una idea, ¿era esa sensación la que siente un ratoncito cuando una serpiente lo ve directo a los ojos?. Cerró fuertemente los ojos, no se sentía como una fuerte Knight de las fuerzas de Prontera, se sentía como una indefensa chiquilla ante un poderoso hombre. Un instante después, todo había terminado. Al abrir los ojos se encuentra una fuerte Dies Irae frotando la mano derecha y un Tilo Wolf inconsciente en el piso.

Lady Death se acercó serenamente a la dolorida Knight “Dies... solo por curiosidad. ¿Te quitaste el guante de acero de la armadura?”

Dies voltea a verla con una sonrisa de satisfacción. “No... ¿Para que?, desde hace rato tenia ganas de hacer esto, deberías intentarlo, es relajante...”


~~~~~~~~~~

0 comentarios: